Revista poética Almacén
El conservero

[Alberto Majoral]

Otros textos de El conservero


Apuntes de taxidermia

La taxidermia, sueño de la razón. De cuando la razón pensaba que podría abarcar el mundo. Hoy, sin embargo, sabemos que no es posible, hoy que casi todo está descubierto. Cuando estamos a punto de llegar al final de la tarea impuesta por los primeros naturalistas, Buffon, por ejemplo, nos damos cuenta de que no es suficiente. La nueva taxidermia, primero analógica y hoy digital, tampoco nos ofrece lo que se le pide a la taxidermia como método.

Lo que viene a continuación no es una idea completa. Son apuntes que he ido haciendo durante mis visitas a Taxidermia La Ideal, mis conversaciones con los tertulianos que ahí se reúnen.

1. Imagino la taxidermia como una herramienta, burda en sus principios, de traducción de las formas vivas al lenguaje humano, cuya primordial misión, según Walter Benjamin, es nombrar.

2. En los grandes proyectos taxonómicos del setecientos y del ochocientos, la taxidermia cumplió un papel esencial al aportar una correspondencia entre el nombre y lo nombrado, entre lenguaje y exterior. A partir del auge de la taxidermia, ya no se puede nombrar con impunidad. Los animales fantásticos, por tanto, se ven abocados a la extinción.

3. El advenimiento de la taxidermia como herramienta de traducción del mundo inarticulado al mundo verbal. No se trata de cambiar uno por otro. El mundo no deja de existir porque lo nombremos. El nombre es una herramienta de entendimiento utilizada por todas las culturas. La cultura del silencio, muy atractiva en todos los tiempos, es la cultura de la muerte, no la cultura del conocimiento del mundo.

4. La taxidermia como instrumento cartográfico. En ningún momento se le puede exigir que repita la naturaleza. Y aunque se ha utilizado para adaptar a la naturaleza a formas preestablecidas (trance por el cual todo estudiante ha de pasar), hoy se puede utilizar como mapa, como algo que indique donde están algunas de las entradas al mundo natural.

5. La taxidermia ofrece el mundo natural en toda su variedad, en toda su individualidad. Por eso el museo de historia natural, que ya es un mapa del conocimiento de la naturaleza, y no el conocimiento en sí, nos ofrece no un ornitorrinco, sino un ornitorrinco de tal región y tal año, un ejemplo individualizado que no debe servir, aunque haya servido, de modelo para toda la especie.

6. Visitar un museo de historia natural sirve menos para ver animales que para ver cómo la sociedad que creó esos museos vio a los animales.

7. Si fuésemos a un museo en el que hubiera personas disecadas (por ejemplo: El Sr. Martínez, octubre de 2001; el Sr. Chiner, marzo de 2002) sería imposible decir gran cosa sobre el género humano. Tendríamos que incluir su historia personal, su contexto social, sus opiniones, sus hábitos, cómo se relacionaban con su entorno, cuánto dinero solían llevar en el bolsillo, si su casa estaba hipotecada, si vivían de alquiler, qué comían los martes, qué leían. Para cada uno tendríamos un campo de estudio prácticamente infinito. O finito pero interminable. Lo único que podríamos hacer con cierta eficacia es apuntar los puntos de entrada a sus vidas. Ahora que ya es demasiado tarde.

8. Sophie Calle ha hecho trabajos similares. En una ocasión, entró a trabajar de camarera en un hotel. Al entrar en una habitación fotografiaba todos los objetos dejados ahí por el huésped. Una forma de taxidermia analógica. En otra ocasión, se dedicó a seguir a un hombre durante días. Lo fotografiaba y apuntaba todo lo que iba haciendo.

9. El animal disecado es, literalmente, un punto muerto. Como mucho, puede ser el cauce, ya seco, por donde baje todo el caudal de la erudición naturalista, nada más que arena y piedras.

10. La nueva taxidermia, sin embargo, quiere agua, humedad. La taxidermia como discurso, como punto de conexión con la realidad, siempre se podrá desechar cuando ya no sea necesaria.

11. La taxidermia no como modelo discursivo, sino como violencia discursiva, como lenguaje que varía su curso y desvaría, en todas las direcciones, incluso las contrarias.

12. La nueva taxidermia como ciencia subterránea, sin límites ni jerarquías. Underground. Ciencia intercambiable que puede hablar de todo, disecándolo momentáneamente, pero no para siempre: de microfísica y de lotería, de procesos virales y de fútbol, del tráfico y del tabaco canario.

13. Taxidermia sin trascendencia.


________________________________________
Comentarios

sou portugues e gostaria de aprender a arte de taxidermia como pederei faze-lo e onde?
gostaria de ser contactado por e-mail ou para a seguinte morada:
Rua Gil Vicente nº2
7000-901 Évora
Portugal

Comentado por Manuel Fernandes el 5 de Diciembre de 2002 a las 02:57 AM