Revista poética Almacén
Tele por un tubo

[Ramiro Cabana]

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Despedida y adiós

Queridas amigas: Adiós. Me despido. O mejor, me despiden. He sido despedido, tal y como me lo merezco. Nadie se merece tanto el despido como yo. NADIE. ¿Pero qué habrá hecho este bonachón de Cabana para merecer semejante violencia laboral? Sé que os lo preguntáis a gritos y entre lágrimas, pequeñas mías, y os lo voy a contar.

La quincena pasada, me lié por enésima vez con un tema que no era exactamente televisivo. Yo ya estaba avisado. Los emails cargados de curare habían llegado desde las oficinas de Almacén a mi humilde morada, este palacete de diecisiete habitaciones y seiscientos metros cuadrados en tres plantas con un bonito patio central. Hasta Borja, mi noble perro salchicha, estaba avisado. Y mi chavala no paraba de recordármelo. Así que no tengo excusa: debo irme.

Y es que no pude evitarlo, amigas mías en lo televisivo. No hay nada que me moleste más que la autosuficiencia de alguien que vive de la cultura de masas y que encima ve oportuno burlarse de la basura. Eso... eso me exalta, me indigna, me llena de fervor evangélico. Me obliga a salir a esta linda palestra que la internet me otorga para defenderos, amigas. Síííí, defenderos de esos que quieren robaros el derecho a comer mierda por los ojos y por los oídos si así lo deseáis. El derecho a que cualquier borrachuzo asqueroso se os vomite encima si así lo deseáis. Si eso os pone. Si con eso os creéis contestatarias de algo, contra algo. Si con eso os creéis unidas entre vosotras, formando una gran masa, una masa telespectadora, sobre la que escupe su pornografía el rico productor de siempre, sobre la que escupe su desdén el intelectualillo de masas de turno, sobre la que yo vierto mis lágrimas de piedad y amor como un héroe cristiano de los que podéis comprar cromos y estampitas a la entrada de la iglesia de aquí al lado.

OH, amigas, suspiro y lloro por vosotras. ¿Quién os defenderá ahora con tanto pundonor como lo hice yo? Ven, Borja, ven, y lame las lágrimas que corren por mis coloradas mejillas. Lámelas, bonito, que ahora estoy ocupado y no puedo echarte agua en el cazo.

Ahora sólo me queda dejaros con unos cuantos azucarillos gratuitos que, espero, seguiréis a rajatabla.

Uno. La gente ve Crónicas Marcianas porque cualquier cosa que pueda ocurrir allí es mejor que cualquier cosa que pueda ocurrir en sus propias vidas.

Dos. María Teresa Campos es la mejor presentadora de televisión del mundo en Espéin. Cualquier otra es una frágil imitadora.

Tres. Cada vez que uno enciende la tele, contribuye a pagarle los honorarios a Tamara, Pocholo, Buruaga y/o Sánchez Dragó. Hay que tener cuidado.

Cuatro. “Todo el mundo quiere ser famoso: los menos capacitados lo logran.” Esta sentencia, aunque absolutamente verdadera, no tiene por qué amargarnos la vida: en cualquier momento, los famosos podríamos ser nosotros.

Cinco. Siempre hay alguien en la tele que se merece unas hostias. Por eso es bueno aparecer en pantalla lo menos posible.

Seis. Boris Izaguirre tuvo la oportunidad de ser un genio absoluto de la televisión y la malgastó. Vosotras, amigas, también podéis cagarla y seguir siendo felices. Felicidades.

Siete. Siempre se dice “A ver que echan por la tele” y se dice porque nos lo echan. (Ver la expresión “A ese hay que echarle de comer aparte.”)

Ocho. El telediario de Antena 3 (el más visto) es la versión en verso de Hotel Glam. Por eso suena más verdadero y hay gente que se lo cree.

Nueve. La manita se nos mueve, coge el mando y apaga la tele.

Diez. El aquí y ahora de nuestras televisiones es el atado y bien atado de antañones fascistas. Pero eso es lo que queremos, ¿verdad, amigas?

Estas diez reglas de oro os servirán para mejorar vuestras vidas. Es mi legado. Lo que os dejo en herencia y os enriquecerá las vidas en las centurias venideras. En agosto ya no veréis mi columna, Taracido no me quiere. Es el fin de la televisión tal y como yo la había presentado.

Adiós, amigas, y gracias por vuestra fidelidad perruna, os la agradeceremos Borja, mi chavala y YO eternamente (día más o día menos).


PD: En septiembre volveré al ataque, amigas queridas, con una nueva columna, ya no sobre la tele, de la que estoy hasta los hembros, sino sobre la radio, otra gran fuente de inspiración para taxistas y demás personal automovilizado. Será una columna de radio y auto ayuda y la titularemos RADIOTERAPIA.

Besitos.


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Comentarios

Cabana, una pena que no sigas con esta columna, pero seguramente la RADIOTERAPIA estará buena también.

Un saludo.

Frnd


Comentado por Frnd el 21 de Agosto de 2003 a las 03:41 AM