Revista poética Almacén
Radioterapia

[Ramiro Cabana]

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Cómo ser inteligente sin dejar de parecerlo

Bueno, amigas, aquí está vuestro puto héroe para todos los tiempos, el Gran Ramiro Cabana, y resulta que no tengo nada de que hablar. Asombroso, ¿no? Y es que yo pensaba que hacer críticas de radio sería lo más divertido del mundo. Hasta que tuve que sentarme a oír la radio de los cojones. ¡Y EN SENSURRAOUND!

Creedme amigas, no sé cómo lo podéis soportar. ¿Qué hacéis, poner la radio en el coche para ver si os convertís en taxistas? ¿Ponéis la radio en casita, mientras limpias el vater tras la resacosa vomitona de hace tres días, para ver si así os da menos asco pasar la bayeta? ¿O es que os ponéis la radio por la noche, debajo de la almohada, para ver si así os consoláis un poco la soledad? Después de la paja, claro.

PUES YO NO. No la soporto. Me caen mal todos los locutores. Me caen mal sus amiguitos y sus invitados. Me caen mal sus tonos de voz, esa maldita complacencia que se deriva de cobrar por dar o vender la opinión propia. El hecho de que exista sexista libertad de opinión en Espéin ¿significa que los demás tenemos que para la oreja? NOOOOO. Ni siquiera significa que haya que tener opinión, y mucho menos decirla por ahí como si tuviera alguna importancia lo que cualquiera puede llegar a pensar mientras se asea las partes en la ducha, gastándose toda el agua que el trasvase del Ebro se supone que ha de repartir. Y por adelantado.

Es igual. Es igual , amigas eternas de un día. ¿Sabéis lo que pienso hacer? Pienso inventarme los programas de radio. Cualquier cosa que se me ocurra será infinatemente mejor que las que se les ocurren a los productores de radio, que se morirán de envidia y serán despedidos. Bueno, los de los entes públicos son funcionarios, o sea que ocuparán puestos de bedel y mosca parada en la pared, mientras los entes públicos me suplican que tenga mil ideas buenas nuevas y se las venda, aumentando así sus déficits hasta la estratosfera de Urano. Sí, las cadenas me pagaran millones infinitos para que idee sus programas. ¡Seré el dios de la radio espeinola! SERÉ TODOPODEROSO, e invisible.

Bien. Programa uno. ¿Qué tal un programa de escuchas ilegales? Hay un presentador que presenta las situaciones, hablando muy bajito, como si temiera ser descubierto. “Estamos aquí con el Agente Tal de la policía nacional, encargado de la vigilancia electrónica de Fulanito Menganitez, enemigo del estado número 316.” Entonces Tal cuenta los crímenes y desmanes de Menganitez y enseguida se nos invita a escuchar (ilegalmente) lo que ocurre en su casa, gracias a la tecnología de vigilancia electrónica plantada secreta y sigilosamente en su hogar. Título del programa: Si lo sabe Dios, que lo sepa el mundo. Éxito garantizado.

Programa dos. ¿Qué tal un programa deportivo en el que no se hable de fútbol? Como si no existiera. “Ayer, el equipo alevín de váter-polo de la Pobla de Farnals pasó a la ronda de cuartos de final al eliminar al Charca Váter Club de San Lorenzo del Escorial por ocho goles a seis, en un encuentro celebrado en el Farnals Váter Center de La Pobla. Juan Ful, entrenador interino del Farnals V.C., afirmó que Miguelet Ulldecona, su nadador estrella, se encuentra en perfectas condiciones tras el corte de digestión que sufrió en el segundo período del partido de ayer, y espera que se incorpore a los entrenamientos en dos o tres días, si su madre le deja, y pueda jugar contra el Patito de Chiclana en el encuentro de cuartos de final de este torneo.” Interesantísimo. Ya veo a los taxistas dándome la vara con su afición al váter polo. Sólo doy propina a los que se callan.

Programa tres. Concurso. Un programa de concursos en los que los concursos cambien de reglas cada día. Así nadie sabrá a qué atenerse, igual que pasa con el Ministerio de Educación. La gente llamaría y las pruebas serían totalmente insuperables. “Nos llama Sultanita Correveidilez desde Lalín. A ver Sultanita, responda a la siguiente pregunta. Si responde correctamente tendrá derecho a un hueso de jamón que tendrá que recoger usted personalmente, previa identificación con el segurata de la entrada y un notario que tendrá que pagar usted misma, en nuestros estudios de la Plaza de España en Madrid. ¿Preparada? Sí. Muy bien, Sultanita, ha contestado usted correctamente, no cuelgue, que en breves instantes nuestra becaria-a-sueldo-de-hambre le tomará sus datos...” Algo por el estilo.

Un momento, que suena el teléfono. ¿Serán ya los de las radios, ansiosos de gastarse lo que no tienen para comprarme un programa? Mientras entro en árduas negociaciones, amigas, os emplazo a que os reunáis conmigo en este mismo lugar y dentro de quince días. Hasta entonces, a tomar por saco. Buenas noches.

¡Borja! ¡Dame el maldito teléfono, joder! ¿Qué no ves que está en juego el mismísimo futuro auditivo de Espéin? A ver, el perrito, perrito bonito....

Chao


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Comentarios

¡hola!
me gustaria que me hicieran el favor de mandarme articulos de como ser inteligente y tambien de como despertar la sabiduria de ante mano lesdoy las gracias.

Comentado por alejandro el 21 de Febrero de 2004 a las 06:16 AM