Revista poética Almacén

Conspirator

Cayetano Lupeña


Este texto apareció inicialmente en el grupo de noticias es.humanidades.arte


Uno de los propósitos de la máquina de hacer arte es/era/siguesiendo demostrar que el ámbito dónde se ubica una obra o persona, determina el éxito de esa obra/persona (persona como máscara de ser humano, no esa idiotez de personas humanas, el ¿humano enmascarado? :-) ). Se entienden aquí como casos de éxito el Museos, Galerías e Instituciones, que son espacios reales promocionados por entidades académicas políticas y económicas. A su vez unos y otros espacios se interrelacionan y forman un ámbito artístico, de los muchos posibles/imposibles.

Este espacio es un espacio de poder, un redil donde se da de comer a un pequeño número de artistas y que se financia (promoción, alimentación y cuidados pediátricos) usando los recursos obtenidos gracias a las plusvalías de la industria y el comercio. Plusvalías obtenidas de las diferencias de precio de las unidades de tiempo.

No se pretende cuestionar ni cambiar los modelos, eso es una decisión personal, sino constatar un hecho. El Arte no es posible sin una organización social que genere grandes beneficios y que éstos se concentren en unas pocas manos. El beneficio es TIEMPO de vida. Así que nadie me diga, según se vaya leyendo, que quien esto escribe aspira a ser recibido en los salones, y que, como no puede, no le dejan, no le hacen caso y que por eso escribe en las nius y no en el suplemento cultural del diario el País (pongo por caso) ni expone ni es comisariado por ninguna autoridad ... etc. No me mueve el rencor no, es algo más humnano ... proteger tu propio espacio vital.

Se trata de que los recursos son escasos, que la hierba, el bosque y la carne que corretea son una y que la tarta tiene tamaño fijo y unos comen trozos mayores y otros menores. No reclamo justicia, busco herramientas de fuerza para comer mi trozo de pastel. No reclamo derechos sino espadas mágicas que espanten a los glotones, a los competidores, a los llorones, porque yo tambien quiero el trozo mayor. Armas contundentes, de destrucción masiva (hay cientos, miles, de funcionarios) atómicas, químicas, orgánicas. Necesito leyes y ejércitos para defender mi territorio ... O sea, imposible, osea que estoy loco solo de pensarlo, o sea que ni lo intentes, o sea haz como todos: Trabajo genuflexión, trabajo genuflexión, trabajo genuflexión, etc (copy&paste)


El problema surge cuando un individuo, fuera de ese ámbito de poder, reclama un precio justo por su tiempo de trabajo. En especial cuando ese tiempo se emplea en financiar los proyectos vitales de terceros a costa de suyo propio. En un mundo real no existen los derechos o las libertades, sencillamente se actúa en libertad y se llega a acuerdos con el resto de la comunidad en función del grado de poder personal alcanzado.

Un ejemplo ilustrará la situación. Si yo me niego a emplear mi tiempo en financiar un determinado proyecto institucional (via impuestos por ejemplo) auspiciado por un determinado grupo de individuos tendré algunos problemas. Si no dispongo de herramientas que me protegan de la ferocidad y codicia de esa institución claro. Un enfrentamiento directo (negarme a pagar la parte proporcional de todo aquello que no me parece justo) puede llevarme a los tribunales y complicarme la vida (multas, cárcel, ) hasta el punto de hacer inviable cualquier proyecto personal (¿De que viviría entonces el aparato mediático y la industria cultural?).

Si decido emplear mi tiempo para realizar proyectos vitales (o artísticos) y deseo evitar el financiar el de terceros deberé emplear otros métodos que resulten eficaces. Los métodos no pueden ajustarse a un sistema moral aceptado por una comunidad que ensalza determinados valores para obtener una alta rentabilidad sobre el tiempo de trabajo (de terceros).

Un proyecto vital se pone en obra utilizando nuestro tiempo y no comerciando con el tiempo de vida de los demás. Este es la primera norma moral, que puede romperse y no seguirse si se cree conveniente. De ahí se extraen algunos principios que pueden explicar en que consisten algunas acciones, todas ellas enmarcadas dentro de lo que llamo la 'vía del guerrero'.

El artista actual (en su forma de icono mediático) es un gran consumidor de tiempo de terceros. Dentro de mi esquema moral (o sea ninguno o falso) forma parte de eso que llaman 'el enemigo'. Sin embargo utiliza herramientas que resultan útiles para el desarrollo de la sensibilidad y el crecimiento interior. ¿Como resuelve el artista sus necesidades?. Formando parte del 'ámbito artístico' que lo mantiene vivo y protegido. Así que la aspiración máxima del artista es de hecho, formar parte de ese espacio protegido y reconocido por el resto de una determinada sociedad. En ésta unos aceptan vender a muy bajo precio su tiempo de vida por que reconocen la autoridad y el enorme valor del icono cultural.

¿Que ocurre cuando un individuo decide que su tiempo es demasiado valioso para financiar proyectos ajenos? ¿Que ocurre cuando decides crear tu propio sistema de valores y te niegas a financiar aquellos aspectos del gasto público que no le resultan útiles a nadie, salvo a los propios interesados?

No deseo financiar el ejército, la industria de armemento, las subvenciones a empresas de dudosa moralidad, el Museo del Prado, el Mide o la Universidad del Pais Vasco o de Castilla la Mancha, o cualquier otra milonga que requiera de mi tiempo (Tampoco ese libro titulado El Cuento, o Historia o Leyenda, del Arte). Tal vez aceptaría financiar una justicia social, infraestructuras comunes, sanidad, etc. Negociemos. Imposible. La autoridad competente (en este caso cultural) me manda a la mierda y me reclama más horas de trabajo y a más bajo costo para financiar proyectos de terceros.

La explicación es aún más larga, pero sirve para explicar/comunicar (exponiendo al público) porque no pago una entrada más de ningún Museo financiado con dinero público. Ni pierdo mi valioso tiempo mirando babeante lo que suponen (otros) Grandes Acontecimientos Histórico Artísticos, o porque empiezan a no interesarme aquellos artistas que se alimentan, como vampiros, de la sangre y de la vida de los demás. Y quizás sirva para explicar que un guerrero, en un momento determinado, ha de declarar la guerra a sus enemigos.

Empieza la batalla, (retorno de carro)

y si alguien cree que la libertad personal se consigue via subvención o colgandose medallitas de artista, no se equivoca. Espacio que robas y conquistas aumenta el valor de tu feudo. Mas tarta pal nene, más gordo, más proteíco, más artista, más fuerte, etc. (Recuerden, la tarta tiene siempre un tamaño fijo)

Habrá sangre y perderé esta guerra (o ganarédiscretamente, escritotodojunto). pero un guerrero no piensa en las victorias, otro si digo (solo piensa en la victoria). De momento (a falta de una beca, subvención o cátedra de NetArt en la Pontificia Universidad de Salamanca, porejemplo, sin espacios entre por y ejemplo) solo, piensa digo, en sobrevir en la batalla.

Si alguien piensa, imajina, supone o intuye que soy piadoso o sensible o dévil (con v) aquí va una imagen posible (de las muchas posibles/imposibles) como trataría al enemigo:

"Uno o dos ministros o consejeros de cultura, tres o cuatro artistas subvencionados o bendecidos, empalados sobre lo alto de un Museo del Prado en llamas (con la toda la obra dentro que arde mejor) y al consejo de administración del Prado remando (con sonido de tambor, latigazos y hambre) en un barco que no va a ninguna parte solo hacia la muerte (ni esperanza de un infierno ni un cielo). Imposible naufragar en esta dura empresa navegado por una internet donde el NetArt ni ha nacido ni ha muerto"

Como es obvio todo esto no es más que una suposición. Una broma. Una creación (mediocre, mala o peor) escrita en las news y absolutamente inútil (más o menos como el Arte del siglo XX).

Supongo.


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