Revista poética Almacén
Tele por un tubo

[Ramiro Cabana]

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Caín y Abel aprenden a bailar(sela)

Sí, amígdalas, he visto CASI todo un episodio de Un paso adelante (y veintisiete para atrás), esa serie donde está prohibido ver trabajar a los jóvenes aprendices artistas de las artes escénicas. Porque como TODO EL MUNDO sabe, en las artes no se trabaja. ¡Y MENOS EN LAS ARTES ESCÉNICAS! NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOOOOOOOO. En las artes escénicas no existe la gente que se rompe el culo currando. La gente de las artes escénicas se rompe el culo teniendo vida personal, igual que en el famoseo. ESE es el ejemplillo que les damos a nuestros jóvenes: se llega más lejos por el cotilleo que por el curro.

En el episodio que tuve la buena fortuna de ver, los dos tíos que bailan compiten por un trabajo que supuestamente los llevará a Joligud. Uno de ellos es humilde, pobre de bolsillo y de espíritu; el otro, el barbitas, es un mamón. Como no me acuerdo de cómo se llaman ni los personajes ni los actores, los llamaremos Abel y Caín respectivamente.

Pues bien. Caín tiene la oportunidad de su vidilla al caerle del cielo, o sea de Joligud, la oferta de un director y falso mexicano que dice mucho la palabra “¡órale!” que en espanglish, o sea lo que hablamos en Espéin, significa “¡venga!”. Un ejemplo: va uno por la calle y ve a una chavala fantástica y le dice, “¿te apetece echar un polvete, guapa?” y ella dice “¡órale!” y echan un polvete. Evidentemente a mí no me ha pasado, pero la señora que se ocupa de la cocina del palacete dice que mientras hay vida, hay esperanza. O sea que seguiré esperando.

Lo que ocurre, en Un pasito a nadie sabe dónde, es que el enviado de dios, o sea de Joligud, ve a Abel y le ofrece también una prueba para ir al cielo. Desconozco bien las circunstancias de esta oferta porque ocurrió cuando yo había ido a mear. Siempre aprovecho los intervalos entre anuncios para ir a mear. Y Abel se emociona todo y acepta, sabiendo que su hermanito Caín espera transportar sus nalgas al cielo y así adquirir la fama eterna.

Esto a Caín, le sienta como una patada en las ya mencionadas nalgas y lo obliga a intrigar para que no le ganen el puesto en la gloria. Porque, claro, como sabe TODO EL MUNDO, es más fácil intrigar que currar. Así que le echa un purgante no de caballo, sino de toda la caballería aerotransportada, en el café con leche. Y Abel se pasa toda la mañana sentado en el trono y dejándose ahí las tripas, el alma y la oportunidad de ir al cielo, o sea Joligud.

En eso aparece un ángel. Es una chavalita a la que le parece muy mal que Abel se esté cagando en todo y no pueda bailar, que así se llama lo que hacen en Un pasito adelante. Y es ella quien descubre la trampa. Lo hace de la manera más inteligente posible, con el culo. Porque se sienta sin querer queriendo sobre la chaqueta que Caín ha dejado imprudentemente sobre la cama, nota un bulto, imagina que es algo sexual, se siente defraudada, examina los bolsillos de la chaqueta y encuentra el botellín del purgante de la aerotransportada.

Entonces corre, corre y corre hasta alcanzar al enviado de dios Joligud y atraparlo en el ascensor. Abel tiene tiempo de recuperar sus tripas, su alma, sus ambiciones, lipiarse el culo y llegar hasta El Enviado y pedir que le mire bailar. Abel baila. El Enviado le dice que se pase mañana por la productora, que es como el purgatorio, y que firme la venta de su alma para llegar al cielo, o sea Joligud.

Un momento, Joligud ¿es dios o es el cielo? Da igual. Es la gloria.

En fin, que parece todo arreglado, la chavala que hace de angelito de la guarda está feliz. Abel está feliz. Caín está que trina. Y entonces Caín mata a Abel.

Pero no lo mata de verdad. ¡Estamos en una serie espeinola en Antena 3, amigas! Si lo mata, nos quedamos sin intriga y sin serie, que esto no es la biblia ni las imaginaciones de los productores y productoras pasan del principio del Génesis, o sea del principio.
Lo que hace Caín para cargarse a Abel es publicar una esquela en periódico con el nombre de Abel. Luego llama a El Enviado y le dice que ha ocurrido una desgracia. A la madre de Abel, que supongo se llamará Eva, le da un patatús cardiáco y acaba en el hospital. Así es como Abel descubre que ha sido muerto por su hermano.

Para terminar, Abel, que no dios (que está ya en Joligud) saca todos los efectos personales de Caín de la habitación que ambos comparten y lo condena a vagar por el mundo hasta el fin de la eternidad o hasta que se acabe la serie o hasta que Caín encuentre otra habitación.

¿Os ha gustado la historia, queridas? Esto es cultura, ¿o qué?

La moraleja es que los buenos artistas siempre pierden por culpa de los intrigantes, que tampoco sacan nada en claro. Y por eso el arte espeinol está como está.

La quincena que viene, MÁS gran televisión, quieridas amigas personas lectoras. ¡No os lo perdáis!

Chao


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Comentarios

Para los que no vemos televisión (o los que decimos que no la vemos) y nos perdemos estas SOBERBIAS series, invito a Cabana que, cuando no le venga la inspiración (si es que eso alguna vez sucede), nos transcriba el argumento de algún otro episodio de ésta o de alguna otra de las (poco escasas) series que pululan por la parrilla.

Así podremos conversar de estos profundos temas con los compañeros de trabajo durante el café.

Y además sabremos a quién le han dado un goya, o un ondas o lo que sea, y por qué.

¡Gracias, Cabana!

Comentado por Ermanitu el 14 de Mayo de 2004 a las 11:02 AM