Revista poética Almacén
Colaboraciones

Filosofía de la moda

Jorge Simmel


Esta contraposición [Cada forma esencial que la vida ha presentado en la historia de nuestra especie significa una manera peculiar de conseguir, dentro de su órbita, la reunión de la permanencia, unidad e igualdad con sus contrarios, mutación, particularismo y singularidad] toma también cuerpo en el orden social. y allí, uno de sus lados suele estar sostenido por la propensión psíquica a la «imitación». Podría considerarse la imitación como una herencia psicológica, como el tránsito de la vida en grupo a la vida individual. Su fuerte está en que nos hace posible obrar con sentido y de manera conveniente, aun en los casos en que nada personal y original se nos ocurre. Podría llamársela la hija que el pensamiento tiene con la estupidez.

La imitación proporciona al individuo la seguridad de no hallarse solo en sus actos, y, además, apoyándose en las anteriores ejecuciones de la misma acci6n como en firme cimiento, descarga nuestro acto presente de la dificultad de sostenerse a sí mismo. Engendra, pues, en el orden práctico la misma peculiar tranquilidad que en el científico gozamos cuando hemos subsumido un fenómeno bajo un concepto genérico. Cuando imitamos, no sólo transferimos de nosotros a los demás la exigencia de ser originales, sino también la responsabilidad por nuestra acción. De esta suerte se libra el individuo del tormento de decidir y queda convertido en un producto del grupo, en un receptáculo de contenidos sociales. El instinto imitativo, como principio de la vida, caracteriza un estadio de la evoluci6n en que existe ya el deseo de actuar de modo adecuado por propia cuenta, pero falta aún la capacidad de dar a ese deseo contenidos individuales.

.El progreso sobre este estadio se verifica cuando, además de lo conocido, pasado y tradicional, comienza el futuro a determinar el pensamiento, la acción y el sentimiento. El hombre teleológico, es decir, el hombre que obra en vista de finalidades, es el polo opuesto al hombre imitador, que actúa, no «para» lograr tal o cual fin, sino meramente «porque» los demás obran así. En todos los fenómenos donde es un factor influyente, corresponde, pues, la imitación a una de las tendencias básicas propias a nuestro ser: a aquella que se satisface en la fusión de lo singular con lo general y que acentúa 1o permanente en 1o que cambia. Por el contrario, dondequiera que se busque el cambio en lo permanente, la diferenciaci6n individual, el distinguirse de la generalidad, obrará la imitación como un principio negativo y una rémora. Ahora bien, el afán de persistir en lo conocido y hacer lo mismo y ser lo mismo que los otros es un enemigo irreconciliable del ansia opuesta, que quiere avanzar hacia nuevas y propias formas de vida. y como estos dos principios son igualmente ilimitados cada uno por sí, la vida social se convierte en el campo de batalla donde cada palmo es disputado por ambos, y las instituciones sociales vendrán a ser conciliaciones -siempre efímeras- donde su persistente antagonismo toma el cariz de una cooperación. Con esto quedan circunscritas las condiciones vitales que hacen de la moda un fenómeno constante en la historia de nuestra especie. La moda es imitación de un modelo dado, y satisface así la necesidad de apoyarse en la sociedad; conduce al individuo por la vía que todos llevan, y crea un módulo general que reduce la conducta de cada uno a mero ejemplo de una regla pero no menos satisface la necesidad de distinguirse, la tendencia ala diferenciaci6n, a cambiar y destacarse. Logra esto, por una parte, merced ala variaci6n de sus contenidos, que presta cierta individualidad a la moda de hoy frente a la de ayer o de mañana. p ero lo consigue más enérgicamente por el hecho de que siempre las modas son modas de clase, ya que las modas de la clase social superior se diferencian de las de la inferior y son abandonadas en el momento en que ésta comienza a apropiarse aquéllas. No es de esta suerte la moda más que una de tantas formas vitales en que se compagina la tendencia hacia la igualaci6n social con la que postula la diferenciación y variedad individuales. La historia de la moda se ha hecho hasta ahora só1o desde el punto de vista de la evolución de sus «contenidos»; pero si en vez de esto se estudiase históricamente su «significación» para la forma del proceso social, veríamos en ella la historia de los ensayos hechos para adaptar al estado de cada cultura individual y social la satisfacción de aquellas dos opuestas tendencias. A este carácter esencial de la moda se subordinan los demás rasgos psicológicos que en ella observamos.

Es ella, como he dicho, un producto de la separación por clases, y se comporta como muchos otros fenómenos parejos, sobre todo como el honor, cuya doble función consiste en formar un círculo social cerrado y, a la vez, separarlo de los demás. Del mismo modo, el marco de un cuadro da a la obra de arte el carácter de un todo unitario, orgánico, que forma un mundo por sí, y, a la par, actuando hacia fuera, rompe todas sus relaciones con el espacio en torno. La energía de estas formas es, en rigor, simple; pero no podemos expresarla si no la dividimos en una doble actividad que opera hacia dentro y hacia fuera. Análogamente, el honor deriva su carácter, y sobre todo sus derechos morales, de que el individuo representa y salvaguarda en su propio honor el honor de su círculo social, de su «estado». Claro es que esos derechos, desde el punto de vista de quienes no pertenecen a la clase, son tenidos más bien por injusticia.

Significa, por tanto, la moda nuestro ayuntamiento a los pares, la unidad de un círculo que ella define y, consecuentemente, la oclusi6n hermética de este círculo para los inferiores, que quedan caracterizados por su exclusión de él. Unir y diferenciar son las dos funciones radicales que aquí vienen a reunirse indisolublemente, de las cuales, la una, aun cuando es o precisamente porque es la oposición lógica de la otra, hace posible su realización.


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De: Jorge Simmel, Filosofía de la moda, Revista de Occidente, Año I, nº 1, 1923, pp. 44-47.


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Comentarios

me gustan que hablen de la realidad actual y sobre todo esto que nos toca a los jovenes que al parecer siempre vamos en busca de una identidad , gracias.

el favor que le pido es que me de su opinion sobre ¿colombia esta de moda? cualquier comentario puede hacermelo llegar por mi correo mahecha1055@yahoo.com

nuevamente gracias : att: stephany

Comentado por stphany el 3 de Abril de 2003 a las 12:34 AM

me da mucho gusto que en este pais de sueños exista todavia un poco de realidad

Comentado por diana maria el 4 de Noviembre de 2003 a las 02:32 AM

me da mucho gusto que en este pais de sueños exista todavia un poco de realidad

Comentado por diana maria el 4 de Noviembre de 2003 a las 02:32 AM